Hace doce años, la magia llegó a la vida de Manuel, un matemático que comenzó a aprender trucos con su hijo, pero nunca se dedicó profesionalmente a ella. Su mayor satisfacción es sorprender a sus amigos con efectos mágicos y ver sus caras de asombro. Para él, la magia se puede aprender con práctica y dedicación, aunque reconoce que tener un don ayuda. Critica el aprendizaje a través de videos en internet, pues considera que afecta la calidad de la magia. Miembro del Círculo de Ilusionistas Malagueños, donde es presidente desde hace tres años, organiza la gala anual “Muestra Mágica Malagueña”. Además, algunos socios colaboran en causas altruistas, como hacer magia en hospitales para infancia.