En un mundo donde la cotidianeidad nos pone en apuros, la magia pareciera querer venir a rescatarnos. Detrás de este gesto de Romanticismo moderno, se nos presenta como héroe de lo distinto un histriónico Nicolás Gentile. De él puede decirse que es un estudiante dedicado de distintas influencias mágicas; performer habitual en un sinfín de escenarios; y buscador incansable de complementos artísticos que supo encontrar en el clown, el humor, la música, y el teatro. Pero no sería suficiente. Nico se reinventa en vivo; es a la vez víctima y culpable del momento. La invitación está hecha, la puerta está abierta, y las armas listas: Cartas que juegan, monedas que viajan, sogas que atrapan, luces que bailan, y remates sin azúcar, que son dulces igual. Así es la magia de Nicolás Gentile, quien disfruta cantando en silencio que ama lo que hace; mientras entre aplausos, risas, y chispitas de colores, se escucha un yo también.